jueves, 17 de mayo de 2012

Ilusión en equipo

     Cuando era pequeña pensaba que los maestros eran sabios y que, por tanto, lo sabían todo. Ahora ya sé que no, pero lo que sí sé, es que tiene que ser una persona maravillosa. Dialogar, saber escuchar, ayudar, motivar, aceptar críticas, consensuar, ser tanto cerebral como visceral...son términos que describen la figura de un maestro y que todos los días, aunque sea el peor de tu vida, tienes que llevar obligatoriamente en tu cartera laboral. Si no es poco, todas estas cualidades deben ir acompañadas, además, con una sonrisa o con un gesto de amistad por muchas ganas que tengas de marcharte a tu cama debido a esa dichosa jaqueca que no te ha dejado en paz durante todo el día. De ahí que sea una profesión basada en la máxima vocación.
     Ser maestro es una profesión donde trabajar y disfrutar forman un tandem que no puede separarse jamás. Con los años, nos daremos cuenta que la actividad en el colegio, a pesar de su horario rutinario, es completamente diferente de un curso a otro: las generaciones de niños cambian, aparecen aparatos tecnológicos nuevos, surgen metodologías diferentes... Todo esto implica la necesidad constante de reciclaje en los equipos docentes. La adaptación a los tiempos a los alumnos es una premisa que no termina de cumplirse 100%. Evitar ese anclaje y esa enseñanza obsoleta que aún existe en muchos colegios, solo puede resolverse con el cambio de mentalidad en los profesores.
     La manera más adecuada para adaptarse a estos progresos, es innovando e investigando y transmitirlo con ilusión a toda la comunidad educativa. Innovar es introducir novedades encaminadas a la mejora de situaciones, actividades o aspectos.
     Este objetivo requiere formar un equipo responsable, dialogante, dinámico en el que exista una total confianza profesional. La motivación e ilusión diaria de los componentes optimizan el rendimiento de éstos. Es fundamental el trabajo cooperativo, donde se sustituya la palabra repartir por compartir; respeto no puede faltar ni un sólo día en el trabajo en equipo y sumar esfuerzos y seguir todos por el mismo camino para conseguir con plenitud los objetivos marcados, debe estar presente en todo momento.
     Bien se sabe que todos los platos no están al gusto de todos, y es muy probable que en nuestro equipo se de esta situación. Para ello, como profesionales de la educacion, debemos practicar la tolerancia absoluta y tener la suficiente cabeza fría como para valorar el juicio, la opinión o resultado y no a la persona. Para enseñar todas estas virtudes y valores a nuestros alumnos, debemos dar nosotros el primer ejemplo.
     Toda la comunidad educativa debe implicarse y perseguir un objetivo común, donde la comunicación sea constante entre todos y los días se hayan convertido en ilusiones y motivaciones nuevas. la claridad es fundamental para que todo proyecto consiga su fin. La mala comunicación, el estrés y la negatividad no pueden existir en un centro escolar donde sus "habitantes" son esponjas y están en su pleno desarrollo emocional. Los intereses nuevos deben llevarse con positividad y estar unidos cuando las cosas no salen como uno preveía. En esos momentos, el compañerismo, apoyo y confianza debe captarse en el aire hasta que todo vuelva a venir de cara y, unidos, aprendiendo unos de los otros, respetando opiniones y críticas constructivas, se sale adelante otra vez.
     Toda innovación debe ir dirigida a la integración. Sabemos que la diversidad está presente en todos los centro escolares y, que esos niños merecen que les recibamos con nuestras mejores galas para que ellos puedan desarrollar al máximo sus capacidades.
     Y, como no, las nuevas tecnologías tienen que aparecer sí o sí en nuestra didáctiva educativa. Debemos enseñar adecuándonos a la vida actual y no aferrarnos a nuestra niñez o a nuestra adolescencia, porque el tiempo pasa y las cosas evolucionan.
      Toda investigación nos enriquece como maestros ya que nuestro aprendizaje es constante, además de poner en práctica muchísimos valores que hoy están un poco olvidados, y sobre todo, debe enriquecer a nuestros peques, estar totalmente dirigida a ellos, a sus personas y a sus atenciones. Hoy en día ¿qué no se puede investigar? Innovar supone un cambio en la metodología y en las ideas del centro cuyo secreto para conseguir buenos resultados, residen en la felicidad, ilusión y sonrisa.

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